Apareció un lunes, los chicos fueron a buscar las herramientas a la caseta de obra y les recibió un perro jovencito con muchas ganas de jugar pero con cierta desconfianza hacia los que se le acercaban.
Al mediodía, cuando volvieron de comer, uno de ellos le trajo una bolsa con comida que había sobrado al restaurante donde iban cada día. Así se repitió durante semana y media, hasta que un buen día su dueño fue a buscarle.
Ayudante, así le llamaron los trabajadores por la semejanza con el perro de los Simpson, se fue un mediodía con su dueño, y no supieron nada mas de él. Pero esos días en la obra con ese animal tan juguetón les sirvieron para jugar ellos también y para aprender a amar un poco más a los animales.
Al mediodía, cuando volvieron de comer, uno de ellos le trajo una bolsa con comida que había sobrado al restaurante donde iban cada día. Así se repitió durante semana y media, hasta que un buen día su dueño fue a buscarle.
Ayudante, así le llamaron los trabajadores por la semejanza con el perro de los Simpson, se fue un mediodía con su dueño, y no supieron nada mas de él. Pero esos días en la obra con ese animal tan juguetón les sirvieron para jugar ellos también y para aprender a amar un poco más a los animales.